La Ola by Todd Strasser

autor:Todd Strasser [Strasser, Todd]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Psicológico
editor: ePubLibre
publicado: 1981-01-01T00:00:00+00:00

10

Ben estaba tomando un café en la sala de profesores cuando alguien le comunicó que el director Owens quería verlo en su despacho. Se puso un poco nervioso. ¿Habría pasado algo? Si el director quería verlo, tenía que ser por La Ola.

Salió al pasillo y se dirigió al despacho del director. De camino, más de una docena de estudiantes lo pararon para intercambiar el saludo de La Ola. Apretó el paso, preguntándose qué querría decirle el director Owens. Si lo que tenía que decirle era que había recibido quejas y que debía ponerle fin al experimento, lo cierto es que sentiría alivio. No había esperado que La Ola llegase tan lejos, la verdad. El hecho de que chavales de otras clases, incluso de otros cursos, se hubiesen unido a La Ola, lo sorprendía. Aquello no era lo que había previsto para nada.

Y luego estaba el tema de esos chavales, los bichos raros como Robert. Por primera vez en toda su vida, Robert era miembro de un grupo, formaba parte de él. Nadie le vacilaba, nadie se metía con él. El cambio que había pegado Robert era impresionante. No solo su aspecto había mejorado, sino que participaba en clase. Por primera vez parecía interesarse. Y no solo en Historia, Christy lo había notado también en Música. Robert parecía una persona nueva. Poner fin a La Ola supondría devolver a Robert al rol del pardillo de la clase y arrebatarle su única oportunidad. ¿No sería defraudar a todos los chavales?, se preguntaba Ben. Era dejarlos colgados, sin opción a entender el porqué del experimento. Y él perdería la oportunidad de guiarlos hasta allí.

Se paró en seco. Un minuto. ¿Desde cuándo estaba él guiándolos a ningún lado? Solo era un experimento educativo, ¿no? Una manera de que los chavales comprendieran cómo debió de ser vivir en la Alemania nazi. Ben sonrió para sus adentros. «No adelantemos acontecimientos», pensó, y reanudó su camino.

La puerta del despacho de Owens estaba abierta, y cuando vio a Ben le hizo una seña para que se acercara. Estaba algo confuso. Pensaba que le esperaba una buena bronca, pero Owens parecía de buen humor.

El director era un tipo altísimo. Estaba prácticamente calvo, salvo por dos islotes de pelo encima de las orejas. Su otro rasgo distintivo era la pipa que siempre pendía de sus labios. Tenía una voz muy grave y, cuando se enfadaba, era capaz de achantar a cualquiera. Sin embargo, parecía que hoy Ben no tenía de qué preocuparse.

El director Owens se sentó de nuevo tras su escritorio, con sus zapatones negros en una esquina, mirando a Ben.

—Bonito traje —le dijo.

Owens jamás había sido visto en el instituto sin un traje de tres piezas, ni siquiera en los partidos de los sábados.

—Vaya, gracias —dijo Ben nervioso.

—Creo que nunca te había visto en traje —dijo el director con una sonrisa.

—Sí, bueno, no suelo llevarlo.

El director arqueó una ceja.

—¿Y no tendrá que ver con todo ese asunto de La Ola?

Ben carraspeó.

—Lo cierto es que sí.

El director Owens se inclinó hacia delante antes de decir:

—Está bien, Ben.

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